Lo valioso de realizar regularmente un chequeo relacional en nuestro vínculo sexo-afectivo

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Es muy posible que en tu relación sexo-afectiva conversen fácilmente, que compartan cómo les fue en el día, que tal vez hablen acerca de cómo van les peques en la escuela, quizás hasta que intercambien sobre política o sobre los libros que leen. Pero a la hora de compartir sobre lo que disfruta cada persona en la relación, qué les estimula reactividad y qué anhelan más profundamente, notas que tal vez esquivan estos temas. 

Lo más probable es que hayan tenido varias experiencias en las que la escucha de la insatisfacción haya venido acompañada de culpa, vergüenza, crítica y análisis respecto de cada una de sus fallas, junto con una exigencia de cambios. No sorprende, entonces, que no les surjan ganas de hacer un chequeo en pareja sobre el nivel de satisfacción que encuentran en la relación. Por otro lado, celebrar en voz alta lo que más valoras o disfrutas de la relación puede hacerte sentir vulnerable, especialmente si no tienes seguridad de que tu pareja esté en la misma frecuencia. Y como la mayoría de las personas hemos recibido condicionamiento social por el que tendemos a pensar que vulnerabilidad equivale a peligro, tal vez también esquives esa conversación o minimices la gratitud que sientes hacia tu pareja para permanecer en una “zona segura”.

Desafortunadamente, cuanto más tiempo pasa sin que hagan un espacio para chequear “cómo están” en la relación, más pierden oportunidades de ajustar gradualmente el modo en que se relacionan, de conocerse más a fondo e integralmente y de comprender cómo contribuir al bienestar de la otra persona. El resultado: los cambios o progresos en la relación terminan viniendo después de grandes tormentas emocionales a partir de la tensión que se fue acumulando con el tiempo. Es una manera dolorosa de crecer y cambiar en una relación, y puede llegar a consumir los recursos internos que la hacen florecer y a menudo hasta los que posibilitan su continuación. 

Una estrategia para realizar de manera segura un espacio de “cómo están” en la relación es agregar más estructura a la situación y también realizar pedidos claros y específicos. Aquí te proponemos algunas ideas para simplificar las cosas y posibilitar que se sientan con más seguridad realizando ese chequeo relacional regularmente: 

1. Asegúrense de que el espacio de “cómo están” se produzca con regularidad y de no suspenderlo cuando las cosas van bien. Conviértanlo en un ritual: establezcan un horario específico cada semana y que sea preferentemente cuando se han podido alimentar y descansar adecuadamente ya que sabemos que el hambre y el cansancio disminuye el acceso a nuestros recursos. Construyan un espacio sagrado y de apoyo donde estar juntes. Recurran a gustos que tengan en común, como tomar un té que les agrade, encender velas o incienso, usar una silla en particular o almohadones, etc. Quizás conviertan el chequeo relacional en una actividad más larga y divertida (por ejemplo, el comienzo de una noche de películas o de cena compartida). Consideren que si ese espacio en la relación sólo se produce cuando perciben un problema, va justo en dirección a la tormenta emocional que mencionamos antes; y no pasará mucho hasta que una de las dos personas empiece a querer evitar el chequeo por temor a que se desencadene esa tormenta. 

2. Lleguen a un acuerdo de que cualquier expresión de insatisfacción será asociada a la necesidad universal que está manifestándose en ella y vendrá seguida de una idea o pedido que les conduzca a una mayor satisfacción. Imaginemos que a ti no te satisface la cantidad de afecto que se comparte en la relación. En lugar de pasarte horas y horas analizando el por qué no hay más afecto, concéntrate simplemente en expresar la necesidad de afecto y hacer un pedido claro, específico y realizable que atendería a esa necesidad. Por ejemplo: “Extraño la expresión de afecto contigo, ¿podríamos acurrucarnos en la cama y ver una película esta noche?”. 

Lo que viene a continuación es tan, pero tan importante, que no me alcanzan las palabras para decirlo. Cuando algo es doloroso, tu mente quiere analizar el pasado y descubrir exactamente lo que salió mal, con la esperanza de que ésta sea la manera de prevenir que ese dolor se repita en el futuro. Eso puede ser de ayuda más adelante pero en el momento genera desconexión y suele conducir a críticas, a echarse culpas y ponerse a la defensiva: en otras palabras, a más sufrimiento. Cuando hay algo que está faltando o que estimula tu dolor, ve directamente hacia lo que quieres (por oposición a lo que no quieres) desde una perspectiva de colaboración y orientada a acciones concretas. Si tus sentimientos son tan intensos que no puedes imaginarte que podrás hacerlo, posiblemente necesites recibir antes una escucha empática u ofrecerte autoempatía. 

3.  Si el chequeo relacional es específico, conduce a un accionar concreto y realizable. En cambio, las preguntas del tipo: “¿Eres feliz conmigo?” son vagas y conducirán a generalizaciones difusas que pueden disparar reactividad por sí mismas y obstaculizar mucho el camino por donde mejoran las cosas. Utiliza preguntas específicas para ese espacio de “cómo estamos”, que atiendan necesidades particulares de una manera específica. Algunos ejemplos: 

  • “¿En este momento, sientes que el grado de conexión conmigo es el que desearías? Si no es así, ¿qué podríamos hacer para crear más conexión?”

  • “Cuando hablamos de mudarnos, ¿tienes la sensación de que estamos considerando tus necesidades? De no ser así, ¿qué podría hacer yo para darte un sentido mayor de consideración?

  • “Recuerdo escucharte decir que ❛el juego❜ es una de tus necesidades más importantes. ¿En este último mes estamos jugando todo lo que necesitas? Si no es así, ¿podríamos hacer una lluvia de ideas que traiga más ❛juego❜ a nuestra vida como pareja?”

Además, cuando vayan bien las cosas, asegúrense de celebrar la conexión que encuentran en su relación, así como el enamoramiento, la felicidad, seguridad y vitalidad que sienten en su compartir. Procuren expresarse de manera clara y específica tanto respecto de lo que satisface sus necesidades como cuando nombran los aspectos que menos las satisfacen. La especificidad será un regalo para tu pareja ya que le ofrecerá estrategias claras para contribuir con tus necesidades y tu bienestar de acá en más, lo que en última instancia cuidará las necesidades y el bienestar de la pareja en su conjunto. La práctica de compartir celebraciones no sólo crea resiliencia emocional para la relación, sino que también contribuye a que la pareja asocie sentimientos positivos con el chequeo relacional y facilita que entonces ambas personas quieran seguir practicándolo y puedan crecer así de manera armónica y segura.   

Por último, hacer un espacio de “cómo estamos” en la relación está conectado tanto con soltar alguna preferencia, para encontrarse con la otra persona, como con mantener el autocuidado. Por ejemplo, si extrañas tener compañía en tu vida, puedes invitar a tu pareja a hacer una caminata en la naturaleza el domingo, o también puedes contactar a otras personas para compartir esa experiencia con ellas. El chequeocon tu pareja puede ayudarte a distinguir mejor si es una necesidad que anhelan y pueden satisfacer dentro de la pareja, o si prefieres “tercerizarla”. El chequeo relacional no es para asegurarnos de que todas nuestras necesidades estén siendo satisfechas en esa relación. Es para ayudarte a discernir cuáles de ellas te gustaría atender con esa persona, si efectivamente se están cubriendo esas necesidades en la relación y si lo están haciendo en la medida en que tú lo necesitas. Con suerte, también ayudará a que mantengas un sentido propio de libertad y autorresponsabilidad para satisfacer necesidades por fuera de la relación, y de maneras que no sean a costa de las necesidades de la otra persona, del vínculo o del grupo familiar.


PRÁCTICA

Comienza el chequeo relacional que harás empezando por un auto chequeo. Algunas preguntas para guiarte: 

  • ¿Estoy desatendiendo a alguna de mis propias necesidades porque pienso que no pueden satisfacerse mientras yo esté en esta relación? ¿He expresado estas necesidades y he realizado pedidos a la otra persona? De ser así… ¿dónde puedo encontrar apoyo y acceder a mayor creatividad para satisfacerlas?

  • ¿Ya compartí con esta persona cuáles son las dos o tres necesidades que más me gustaría satisfacer en la relación?

  • ¿Conozco cuáles son las necesidades más importantes para la otra persona? ¿Sé si están satisfechas en la medida en que lo necesita?

  • ¿Qué estoy celebrando de nuestra relación hoy en día?