Una comprensión conceptual de la desconexión (evitación)

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La “Diferenciación Saludable” es la Competencia Relacional Número 12 del Diálogo Consciente y Compasivo (DCC) y un aspecto esencial de lo que implica vivir en relaciones que florecen con el tiempo. Por el contrario, la desvinculación es una forma de reactividad que bloquea la diferenciación saludable. ¿A qué nos referimos con desconexión o evitación? A actitudes o comportamientos que buscan limitar el contacto físico, la comunicación, o la intimidad con seres queridos o cercanos.

Cuando la desconexión surge por primera vez, generalmente aparece como una estrategia adaptativa con el objetivo de proveer una sensación de estabilidad. Aislarnos y alejar a una persona que estaba encargada de nuestro cuidado pero era peligrosa o negligente con nuestras necesidades era en ese momento un intento de crear alguna sensación de estabilidad emocional. 

Pero esta estrategia no es completamente sostenible porque la supervivencia depende de la capacidad de cultivar la intimidad. Thomas Lewis se refiere a esto en su libro “Una teoría general del amor” y plantea que la vida de un ser humano en la niñez depende de que la intimidad con sus cuidadores le permita regular su funcionamiento psicológico y emocional básico. Esta regulación a través de la conexión continúa a lo largo de toda la vida. 

Si este patrón de desvinculación está presente en tu vida, puede que hayas tenido experiencias formativas en las que intentabas buscar intimidad y recibías el mensaje de que eso no estaba bien y posiblemente de que, además, era peligroso. En tu vida adulta, a medida que va aumentando la intimidad con alguien, estas experiencias previas te impulsan inconscientemente a defenderte de la intimidad. 

Defenderse de la intimidad puede adoptar una variedad de formas. Veamos tres patrones reactivos comunes: desconfianza y sospecha, evitación y disociación cognitiva. Aquí hay ejemplos de cada uno de ellos:

1. Desconfianza y sospecha

La desconfianza y la sospecha pueden ser hábitos que se expresan a nivel mental, emocional y corporal. Cuando hay alguna ambigüedad sobre lo que está sucediendo, a veces surge la reactividad para llenar los espacios en blanco. El principal error de pensamiento de la desconfianza y la sospecha es que si puedes predecir el daño, te dolerá menos cuando suceda. Así, tu mente puede entrar en un torbellino mental intentando predecir momentos de traición, rechazo y abandono. La desconfianza y la sospecha sin fundamento pueden empujarte a comportamientos como espiar, fomentar los chismes y hacer muchas preguntas de investigación a la persona de quien desconfías. Preguntas como las siguientes son indicios de que tu mente puede haber quedado atrapada en esta forma particular de reactividad:

  • ¿Dónde estabas?

  • ¿Con quién estabas?

  • ¿Esa persona te coquetea?

  • ¿Estás realmente tomando nuestra relación en serio?

  • ¿Por qué llegas tarde?

  • ¿Te importo realmente?

Cada vez que actúas desde comportamientos como interrogar, buscar chismes o espiar, estás reforzando el patrón reactivo. Este patrón bloquea la formación de un vínculo seguro que te aliviaría ante la ansiedad de la desconfianza y la sospecha. 

2. Evitación

La evitación o evasión puede ser una forma más sutil de defenderse de la intimidad. Los patrones de evasión suelen aprovechar comportamientos con algún grado de aceptación social, como trabajar en exceso, consumir alcohol y perseguir logros, con el fin, más o menos consciente, de evitar pasar tiempo con otras personas. Si tienes un patrón reactivo de evasión y la cercanía con alguien te resulta desafiante, puede que te encuentres respondiendo de alguna de estas formas: 

  • Defenderte en situaciones en las que podrías asumir responsabilidad con frases del tipo: “Yo soy así” o “Sólo estás tratando de controlarme”.

  • Criticar a la otra persona y acusarla de ser “dependiente” o “egoísta”.

  • Desautorizar la experiencia de la otra persona con frases como “Estás imaginándote cosas” o “Eso está en tu cabeza”.

  • Tomar decisiones unilaterales que afectan también a otra u otras personas. Por ejemplo, hacer compras grandes con dinero compartido, planificar un viaje grande y decírselo a tu pareja o vínculo sexo-afectivo a último momento, decidir no asistir a un evento y enviar tu decisión en un mensaje en el mismo momento en que comienza. 

Si sigues un patrón de evitación, probablemente te resistas al compromiso y optes por acuerdos vagos que te dejan una salida en caso de que la intimidad sea demasiado para ti. Cuando estás dentro de este patrón, revelar lo que realmente quieres o no quieres y comprometerte con una respuesta puede generarte miedo, aún al momento de tomar pequeñas decisiones. La autenticidad parece un riesgo, y sin autenticidad no hay verdadera intimidad.

Lo irónico es que si sigues este patrón es posible que persigas relaciones o situaciones en las que encuentras un simulacro de intimidad, una intimidad donde no tienes que revelarte realmente. Estas instancias de “intimidad” repentina desencadenan un torrente de reacciones corporales placenteras al mismo tiempo que no desafían la sensación de seguridad. Esto puede llevarte a un patrón, casi adictivo, de seducir emocionalmente a las otras personas. 

Desde ya que todos estos patrones de evasión bloquean la oportunidad de crear una relación segura y saludable con la intimidad.

3. Disociación cognitiva

Una forma más usual de llamar a la disociación cognitiva es “compartimentación”. Cuando escuchas a alguien decir algo como "soy una persona diferente según la situación en la que estoy", eso significa que está compartimentando partes de sí en relación con su rol o función. Esto es diferente de decidir en qué queremos centrar la atención. En el trabajo, por ejemplo, decidimos centrar nuestra atención de una determinada manera, pero seguimos manteniendo un sentido de nuestros valores, de la conexión con nuestra persona y de nuestra vida fuera del trabajo.

Cuando alguien se disocia, pierde la noción de algunas partes de sí, incluyendo sus propios valores. Este tipo de disociación puede impulsar a alguien a actuar en contra de sus propios valores o los de otras personas. Por ejemplo, alguien puede valorar la monogamia cuando está en casa, pero cuando está de viaje de negocios se disocia de este valor y tiene relaciones afectivo-sexuales con otras personas. 

Otro ejemplo común de disociación es la falta de memoria sobre lo que se ha dicho o hecho en el transcurso de una discusión, de modo que a la persona le resulta fácil seguir adelante como si no hubiera pasado nada. En este caso, puede parecer que la persona se ha recuperado rápidamente del desencuentro, pero en realidad lo que ha hecho es compartimentar la emoción o la dificultad y así ha perdido el acceso a su propia experiencia.

Si te reconoces en esta descripción de desconexión, uno de los elementos más importantes de sanación que puedes buscar es encontrar personas que realmente puedan ofrecerte una autenticidad coherente y una presencia compasiva. Puede tratarse de terapeutas, directores espirituales o amistades cercanas. Esta compañía te da la oportunidad de arriesgarte a la intimidad y experimentar seguridad y cuidado. Por supuesto, depende de ti decidir correr el riesgo de compartir más vulnerabilidad con quienes tienen la capacidad de recibirte con respeto y aceptación.


PRÁCTICA

Puedes empezar simplemente estableciendo la intención de notar un único hábito de desconexión o evitación cuando se hace presente en ti. Durante la próxima semana, cada vez que notes el impulso de desconectarte de esta manera en particular, pídete hacer una pausa para inhalar y exhalar completamente y luego pregúntate si hay una parte de ti que desearía mantener la conexión en esa situación. Si encuentras una parte tuya que quiere mantenerse en conexión, pregúntate cuál podría ser un primer pasito que podrías dar hacia la conexión sin que te abrume el temor a la intimidad.

Adicionalmente, si reconoces alguno de los patrones más arriba en ti, y tienes un deseo de sanación, puedes reflexionar en qué personas a tu alrededor podrían acompañarte y apoyarte en ese proceso de una manera que te ofrezca seguridad.