Cómo equilibrar diferenciación y vinculación

Para que una relación personal íntima prospere, es esencial equilibrar la diferenciación y vinculación. La estructura del Diálogo Consciente y Compasivo (DCC) es especialmente adecuada para apoyar ambos aspectos. Para crear vinculación e intimidad, por ejemplo, DCC promueve la vulnerabilidad compartiendo sentimientos, necesidades y otros aspectos de la propia experiencia interna. Para la diferenciación, por ejemplo, la autorresponsabilidad se apoya en reconocer las interpretaciones y distinguirlas de lo que realmente ocurrió (observación neutral), y en identificar las necesidades y hacer pedidos claros. Cuando una relación encuentra desafíos, es probable que el equilibrio entre diferenciación y vinculación se incline hacia un lado u otro.

En las relaciones en las que la diferenciación está equilibrada con la vinculación, cada persona puede expresar con autenticidad sus diferencias y necesidades insatisfechas, y hacer su parte de forma responsable sin que ello suponga una amenaza para el vínculo con la otra persona. Hay respeto por la elección de la otra persona. Existe confianza en la honestidad de la otra persona y en la capacidad de  encontrar soluciones que funcionen para ambas partes en lugar de que una persona tienda a ceder con resentimiento a los deseos de la otra. Todo esto facilita la negociación basada en las necesidades.

Cuando se acentúa la diferenciación a costa de la vinculación, la relación se desliza hacia la alienación y la desconexión dolorosa. He aquí algunos síntomas comunes de alienación:

  • La relación se centra en los aspectos prácticos de la vida

  • Les cuesta encontrar tiempo para jugar y compartir

  • Parecen llevar vidas paralelas

  • Cuando piensas en intentar crear más conexión, te parece demasiado trabajo

  • Tienes miedo de entrometerte en la vida de la otra persona

  • El afecto es escaso

  • Otras cosas tienen prioridad sobre la relación y no sabes muy bien qué lugar ocupas en la vida de la otra persona

  • Una de las dos personas toma decisiones importantes sin tener en cuenta el impacto en la otra persona.

Por otro lado, cuando se acentúa la vinculación a costa de la diferenciación, un vínculo seguro se desliza hacia el enredo emocional. Éstos son algunos de los síntomas más comunes de esa indiferenciación:

  • La culpa es un visitante habitual de la relación debido a que cada persona tiende a tomar responsabilidad por los sentimientos displacenteros que surgen en la otra cuando no coinciden en sus elecciones. 

  • Las acciones o el estado de una persona pasan a depender de las acciones o el estado de la otra. Esto podría sonar de la siguiente manera:

    • «No quiero que te decepciones si no voy».

    • «No lo haré si no te hace feliz».

    • «No me lo pasaré bien con el grupo si estás deprimido».

    • «¡¿Cómo puedes estar tan feliz cuando sabes que estoy pasando por un mal momento?!»

    • «Tienes que hacerlo conmigo o no lo haré».

  • Aparecen exigencias, o expresiones trágicas que pueden ser percibidas fácilmente como formas de presión, culpabilizar, manipular, desvalorizar, minimizar, desestimar y criticar.

  • Hay una sensación de caminar sobre cáscaras de huevo porque la reactividad es bastante común.

  • Una persona empieza a modificar lo que hace y dice para intentar complacer a la otra persona.

  • Una persona empieza a experimentar que no se reconoce a sí misma en la relación.

En algunas relaciones, pueden haber idas y vueltas entre períodos de vinculación a costo de la diferenciación saludable, y periodos de diferenciación exagerada a costo de la vinculación.

Equilibrar la diferenciación con la vinculación crea un espacio seguro y coherente para la vulnerabilidad. Cuando sabes que tu vulnerabilidad es respetada y honrada, puedes expresar tu mundo interior a la otra persona y escuchar el suyo. La otra persona puede estar disgustada, triste, decepcionada, etc., y tú puedes ofrecerle empatía o simplemente dejarla ser. Confías en que la otra persona encontrará sus propios recursos o hará un pedido si necesita algo. Los ofrecimientos espontáneos de calidez, afecto o apoyo proceden de tu corazón y no de la creencia de que tienes que conseguir que la otra persona se encuentre mejor para que tú puedas sentirte mejor o de que ofrecer afecto es algo que “se supone” que “tienes que” hacer.

Si has pasado por el dolor de cualquiera de los extremos de la alienación o el enredo emocional, puede que intentes curar ese dolor centrándote demasiado en lo contrario en tu próxima relación íntima. Sin embargo, esto simplemente crea un nuevo tipo de dolor. Es esencial que exista un equilibrio entre la vinculación y la diferenciación para que, con cada decisión, actividad y conversación, puedas crear una conexión y, al mismo tiempo, honrar la diferencia y la elección.

En el contexto más amplio de una relación íntima o de pareja, es importante reflexionar sobre cómo han organizado sus vidas conjuntamente. Si alguna de las dos personas llega a la relación con una sensación de amenaza en torno a la vinculación o a la diferenciación, es posible que estén organizando sus horarios, su casa, sus rutinas, etc., de forma que se enfatice sistemáticamente un extremo y se descuide el otro. Por ejemplo, en una relación íntima en la que un miembro de la pareja trabaja en el turno de día, el otro en el turno de la tarde y cada uno tiene actividades complementarias planificadas de forma independiente, probablemente la tendencia será desatender la formación de un vínculo seguro. Por otro lado, una pareja que tiene los mismos horarios y funciona bajo el supuesto por defecto de que «si no estamos en el trabajo, estamos en pareja», descuidará de manera más sistemática el espacio para la autonomía y la diferenciación.

En cualquier relación cercana, suele ocurrir que una persona se incline por proteger la vinculación y la otra por proteger la autonomía y la aceptación de las diferencias. Esto puede desembocar en un conflicto, en el que cada persona intenta convencer a la otra para que cambie de sesgo. En lugar de encerrarte en ti para proteger tu valor, recuerda que las necesidades nunca entran en conflicto: sólo diferimos en las estrategias y preferencias. Y cuando existe una cualidad particular de honrar y conectar, la puerta a la creatividad se abre de par en par y se pueden encontrar estrategias para considerar y cuidar todas las necesidades.


PRÁCTICA

Toma un momento ahora y fíjate si tiendes a poner el acento en la vinculación o en la diferenciación en tus relaciones íntimas. Durante la próxima semana, plantéate el desafío de prestar más atención al movimiento contrario. Para prepararte, identifica tres ejemplos en los que hayas seguido habitualmente tu tendencia hacia la vinculación o la diferenciación. Reprodúcelos mentalmente e imagina qué podrías haber hecho para apoyar la otra dirección. Luego, presta atención a cuando esas situaciones vuelvan a surgir y proponte en ese momento pausar y responder de una manera diferente a lo habitual en ti.

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