Cómo responder a los consejos o retroalimentación no solicitados de pares

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Es probable que te hayas encontrado en la situación en la que estás con un grupo de tus amistades y alguien del grupo te ofrece retroalimentación sobre lo que estás haciendo, más a menudo de lo que te gusta. Cuando alguien te da su opinión sin preguntarte si la quieres, pueden manifestarse tus necesidades de consideración, de ser vist@ y de respeto. Si alguien ofrece comentarios no deseados de vez en cuando, a menudo puedes asentir y seguir adelante con la conversación. Pero cuando ocurre varias veces en una misma situación o más de una vez cada vez que se encuentran, puedes darte cuenta de que si no pones un límite, te resentirás con esa persona y posiblemente en algún momento dirás algo de lo que luego podrías arrepentirte.

A menudo, has visto a otras personas intentar establecer un límite con esa persona y, sin embargo, siguen recibiendo comentarios no deseados. De ello deduces que no bastará con establecer límites sutiles y no verbales. Sientes ansiedad porque quieres mantener la armonía y cuidar de la otra persona y, al mismo tiempo, tienes en tu vida un compromiso con la honestidad de expresar lo que te funciona y lo que no.

Además, crees que, aunque el hábito de dar consejos puede ser una estrategia para reforzar su sensación de seguridad, esta persona realmente quiere contribuir. A pesar de tu irritación, sigues preocupándote por esta persona y por el impacto que podría tener tu respuesta. Percibes cierta sensibilidad con la que quieres ser amable.

Dependiendo del contexto de tu relación y de la afinidad que tengan, podrías considerar varias estrategias:

Evitación

La evitación suele ser la primera estrategia inconsciente a la que recurre cualquier persona cuando experimenta necesidades ligeramente insatisfechas en relación al comportamiento de otra persona. Es probable que hayas intentado simplemente evitar a esa persona para evitar sus comentarios. Probablemente funcione algunas veces. Desgraciadamente, la persona que emite los comentarios no deseados probablemente siga sin saber por qué las demás personas la evitan. Y, tarde o temprano, acabarás entrando nuevamente en contacto con ella o con otra persona similar.

La evitación es una estrategia temporal que te permite tomar un tiempo para plantearte estrategias más eficaces.

Humor

El humor, al igual que la evitación, es otra forma indirecta de establecer un límite. Se considera indirecta porque la otra persona no siempre sabe si estás jugando o hablando en serio. Dependiendo de tu situación, puedes encontrar varias formas humorísticas de señalar los comentarios no deseados y enviar el mensaje de que no deseas recibirlos. Al ser otra estrategia indirecta, puede no ser tan eficaz como te gustaría.

Autoempatía

Antes de avanzar hacia otras estrategias más directas y probablemente más eficaces, puede ser importante tomar un tiempo para ofrecerte autoempatía o recibir empatía de una tercera persona sobre la situación. Esto te permitirá tener más claridad sobre tus necesidades en el contexto de recibir consejos o retroalimentación no deseados de esa persona (esas necesidades podrían incluir aceptación, libertad de elección, autonomía u otras) y recordar que hay muchas maneras de satisfacerlas, independientemente del comportamiento de esa persona. Al cambiar tu energía interior, podrás aplicar las siguientes estrategias con conexión y no desde una energía de juicio, además de reducir el estímulo inicial que la retroalimentación no solicitada representa para ti.

Empatía y expresión honesta básica

Si puedes confiar en que la otra persona quiere contribuir contigo, puedes ofrecerle empatía y luego pedir lo que quieres. Podría ser algo así: "Gracias, veo que quieres ayudar. Lo que me sería más útil en este momento es...". Si no tienes un pedido de apoyo, basta con ofrecer empatía y establecer un límite, diciendo algo sencillo como: "Ah, sí, veo que te preocupas por mí. Gracias. Yo me encargo". En las relaciones en las que hay mucha confianza y sintonía, un simple reconocimiento del cariño de la otra persona suele bastar para cambiar la conversación.

Hablar fuera de la situación

Si tienes una buena relación con esa persona, puedes encontrar un momento tranquilo fuera de la situación (y lejos de otras personas del grupo) para hacerle saber que no quieres recibir sus comentarios. Para eso puede ayudar que te expreses de un modo concreto y específico. Por ejemplo: “No me gusta recibir comentarios u opiniones mientras hacemos la actividad en conjunto, y tampoco quisiera recibirlos justo después de la actividad. Si tienes un feedback que crees que realmente me beneficiará, puedes preguntarme fuera de la situación si me gustaría recibirlo". 

Una versión más larga, pero más fácil de recibir para la otra persona, porque nombra necesidades propias, podría sonar así:

"Hola, Andrea. Quiero contarte algo sobre mí. Soy alguien que realmente aprende haciendo (necesidad de aprendizaje), y me gusta centrarme en el propio hacer y reflexionar después, por mi cuenta (necesidad de autonomía, elección), sobre cómo podría mejorar. Por eso, cuando intentas darme una retroalimentación verbal durante el tiempo que pasamos en grupo,  siento incomodidad y no es algo que me resulta útil mientras estoy en medio de una actividad. Y si quieres darme tu opinión fuera del grupo, me ayudaría mucho que me preguntes primero si tengo disposición o espacio para recibirla. Eso me daría una sensación de confianza y respeto por mi elección (necesidades de confianza y elección). Si quieres darme tu opinión fuera de nuestro tiempo de grupo, ¿estarías bien con preguntarme primero? Durante nuestro tiempo de grupo, ¿estaría bien para ti notar tu impulso de darme un feedback y guardarlo para ti?".

Independientemente de lo específica que sea tu expresión, la energía del hábito de esta persona puede traspasar tus límites. Por lo tanto, es útil establecer un sistema de señales para abordar esto cuando suceda. Podría ser algo así: "Imagino que podrías olvidarlo. Me gustaría tener una forma de recordártelo en el momento. ¿Qué podría funcionar para ti?” 

Al final, es útil recordar que si alguien quiere contribuir de verdad, es un regalo para esa persona hacerle saber qué es una contribución y qué no lo es para ti. Una práctica eficaz a largo plazo en cualquier relación, además de establecer límites, es hacer saber a las demás personas cuándo realmente te están aportando algo, es decir, ofrecerles valoración. Ambas prácticas dan claridad a las personas para elegir sus intervenciones de una manera que atienda su necesidad de contribuir y que considere tus necesidades.

Amabilidad constante

Si tienes disposición para probar una estrategia que puede funcionar a largo plazo, puedes elegir una forma de responder que sea amable y comprometerte a hacer siempre lo mismo. Por ejemplo, puedes decir con calma: «Gracias, ahora mismo no estoy buscando eso», y luego apartar el cuerpo, alejarte o dirigir tu atención a otra persona. Las palabras «ahora mismo» suavizan la interacción, pero también son poco honestas si te estás imaginando que nunca habrá un momento en el que quieras su opinión. Pero si tienes hábitos muy arraigados de evitar los conflictos, esto te da un punto de partida.

Puedes avanzar hacia un mayor grado de honestidad si cambias de actitud y dices algo como: «Gracias, no estoy buscando opiniones sobre este tema», y luego apartas el cuerpo. 

Elijas lo que elijas, será esencial que seas consistente. Esto significa que cada vez que esta persona empiece a dar su opinión no solicitada, dirás inmediatamente tu frase y tomarás distancia. Si en momentos aleatorios decides, para cuidar la armonía por ejemplo, recibir la retroalimentación, tus palabras se diluirán y el límite que intentas establecer de manera consistente y amable será ignorado en el futuro.

Firmeza progresiva

Si ya has probado las estrategias anteriores, y la persona en cuestión sigue dándote consejos o retroalimentación no deseados, puedes empezar como en el ejemplo anterior, con palabras y lenguaje corporal suaves. Luego, cada vez que el comportamiento se repita, tu amabilidad se hará más firme. He aquí algunos ejemplos de cómo establecer un límite más firme. Para que sea más fácil para la otra persona de escuchar y entender tu expresión, puede ayudar el nombrar la necesidad que estás buscando cubrir con el límite: por ejemplo decir algo como “Es muy importante para mí elegir mi camino (necesidad de elección), así que en este momento no estoy buscando opiniones”.

  • Interrumpe un poco antes, cada vez que empiece a dar retroalimentación.

  • Acércate cuando establezcas el límite.

  • Mantén un contacto visual claro cuando establezcas el límite verbal.

  • Sube ligeramente el volumen de tu voz.

  • Date la vuelta inmediatamente apenas establezcas el límite verbal.

  • Pronuncia el nombre de la persona al principio de establecer el límite verbal.

  • Sube o baja el volumen de tu voz, según creas que puede ser más eficaz para enviar un mensaje claro.


PRÁCTICA

Tómate un momento para reflexionar sobre una situación de tu vida en la que estés recibiendo comentarios u opiniones no deseadas. Después de haberte dado autoempatía o recibido empatía de una tercera persona sobre la situación, ¿Cuál de las estrategias anteriores podría serte útil para establecer límites?

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