Para comprender la negatividad que surge como automatismo

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¿Alguna vez te viste expresando críticas u opiniones contrarias, de un modo medio automático o reflejo? ¿O has descubierto que te quejas sistemáticamente con ciertas personas o en situaciones específicas? Si es algo que te sucede con frecuencia es probable que hayas notado cómo impacta en tu bienestar y en la calidad de conexión que tienes con las otras personas. Cuantas más fallas le encuentras a una persona o a una idea, más negativa se vuelve tu actitud, y más fallas seguirás encontrando. Te sientes irritable y cada pequeña cosa parece molestarte. Puedes notar que has perdido tu centro y tu capacidad de encontrar tu calma. Quizás comienzas a preguntarte por tu nivel de autenticidad u honestidad al darte cuenta de que esos comentarios negativos no reflejan tus verdaderos sentimientos o puntos de vista. ¿Qué es lo que está sucediendo aquí?

En el nivel más básico, nuestro cuerpo animal se aleja de los estímulos desagradables y se acerca a los placenteros. Todas las personas tenemos estos impulsos básicos durante el transcurso del día. Sin una práctica de consciencia plena y autoconexión, nuestro cuerpo animal completa los espacios vacíos con su programación automática, que existe para ayudarnos a sobrevivir. Si dejamos libre esta tendencia instintiva, toda nuestra experiencia puede convertirse en una serie de arremetidas y alejamientos de todo lo que va presentándose delante. En un nivel un poco más complejo, lo que percibimos como desagradable, neutro o placentero viene determinado por el condicionamiento psicológico y social. Es la combinación de estas dos capas lo que nos conduce a la sensación de esa negatividad que aparece como reflejo. 

Esta negatividad puede verse estimulada por diversas situaciones. Algunos ejemplos frecuentes son: conductores de tránsito, un humo que te llega por la ventana cuando trabajas, unos hábitos de las personas que trabajan contigo que son desagradables para ti, que tu peque pida con insistencia más tiempo para jugar videojuegos, que la persona con la que convives no colabore con las tareas de la casa como te gustaría, que del departamento de al lado se escuchen ruidos molestos, etc. 

Por un lado, la negatividad “automática” puede surgir como tendencia a establecer un sentido de tu propio ser. En ese sentido las reacciones negativas automáticas pueden ser un intento trágico de definirte por “lo que no eres”, como un intento inconsciente de encontrar claridad sobre quién eres por la negativa y transmitirlo a las otras personas, algo que en un nivel más profundo puede formar parte de una búsqueda profunda de autenticidad e integridad. Esta situación puede ser más evidente dentro de tu familia de origen o en un vínculo afectivo-sexual, donde se dispara más fácilmente el temor inconsciente de perderte. 

Esta negatividad reactiva también puede ser un intento inconsciente de poner límites en contextos donde no se satisfacen tus necesidades de elección y autonomía e incluso de seguridad. Las situaciones más comunes que pueden actuar como estímulos son los consejos no solicitados, la percepción de exigencias o alguna forma de exclusión.

A veces, decir “no” o rechazar las ideas de otras personas son formas inconscientes de tener una ilusión de control sobre tu vida. Quizás la misma tensión que usas a diario para “mantener la calma” frente a los desafíos cotidianos conlleva que los ofrecimientos o sugerencias de otras personas “rebotan” en ti y son rechazados sin siquiera detenerte a considerarlos. De ser así, puede que te abra la puerta a la autocompasión el saber que lo que sucede es que entran en funcionamiento algunas estrategias de supervivencia, y probablemente están conectadas con necesidades universales tales como la previsibilidad y la sensación de seguridad que conlleva.

Por último, como todos los comportamientos humanos que se practican con frecuencia, las reacciones negativas automáticas pueden impregnar todas o muchas de las relaciones y situaciones de tu vida. En otras palabras, se vuelve un hábito que termina careciendo de significado. Tal vez hasta lo integres a tu sentido de ser tú mediante frases como “es mi forma de ser” o “soy así; es como soy”, “me gusta llevar la contra, es mi rol” o “solo soy realista”.

Establecer un sentido de nuestro ser completo, íntegro y dinámico es parte natural de un camino evolutivo, y establecer límites al servicio de la vida es esencial para cuidar tu sensación de seguridad y agenciamiento (o empoderamiento) en el mundo. 

Sin embargo, como toda estrategia inconsciente, hacerlo mediante la expresión de lo que no te gusta y de aquello con lo que no estás de acuerdo, probablemente no te acercará a vivir de un modo auténtico, sino que más bien te dejará con un sentimiento de vacío y apatía, de desconexión contigo y las demás personas. 

La verdadera autenticidad se basa en disponer de libertad y agenciamiento para, una vez que has notado los impulsos, decidir sobre qué es lo que te satisface verdaderamente y está alineado con tus valores. 

Cultivar este nivel de consciencia significa hacer una pausa y encontrar serenidad cada vez que tengas el impulso de apartarte o alejarte a través de las críticas y opiniones contrarias. En esa quietud interna, puedes permitirte experimentar la sensación de desagrado o aversión y preguntarte si actuar en base a ella te ayudará a crear lo que realmente quieres en ese momento.

Si te incomoda la idea de hacer una pausa durante una interacción, recuerda que pedir un momento para recibir lo que alguien te dice no solo le ofrece a las personas la experiencia de que las estás escuchando realmente, sino que también te permite a ti elegir tu respuesta. En esa pausa, tal vez descubras que puedes sentir curiosidad sobre los puntos de vista que parecen contrarios al tuyo. Puede que termines tu pausa y hagpidas una pregunta que te clarifique algo o te animes a imaginar la necesidad o el valor que subyace a lo que dice la otra persona, confiando en su buena intención. O quizás después de la pausa te sientas con claridad acerca de tus propias necesidades y valores. Entonces podrás honrar tu experiencia y a quien habla contigo, y preguntarle si le interesa escuchar tu punto de vista. 

Si notas que la negatividad como reflejo automático surge en algunas relaciones o situaciones en particular, quizás quieras investigarla por fuera de esas interacciones. Reflexiona sobre las [necesidades] que están presentes para ti en cada una de esas situaciones y pregúntate qué otras opciones podrías tener para atenderlas. Por ejemplo, si identificas que tu sentido de la autonomía se siente amenazado en determinada relación, quizás explores cómo adelantarte a las interacciones reactivas habituales, expresando tu necesidad y haciendo un pedido a la otra persona. 

O si te das cuenta de que tu reacción negativa es un intento inconsciente de poner límites, tal vez quieras tomarte un tiempo para formular el límite y decidas expresarlo antes de la próxima interacción espontánea. Desde luego que aunque no hayas descubierto el motivo de tu reacción negativa, siempre puedes proponerte hacer una pausa en la interacción.

En definitiva, la capacidad de pedir una pausa y encontrar tu centro es una de las destrezas más importantes que puedes cultivar. Esta habilidad te permite tomar decisiones que de manera consistente estén alineadas con tus valores y los anhelos de tu corazón, reforzando así tu autoconfianza. La capacidad de hacer una pausa también te empodera para transformar las discusiones en conversaciones más colaborativas que respeten las diferencias y tomen acción desde las necesidades universales, lo que apoyará la conexión con tu ser y con tu entorno.


PRÁCTICA

Esta semana, elige algo frente a lo que habitualmente reaccionas con negatividad, como los ejemplos que nombramos más arriba (tránsito, humo, hábitos de colegas o familiares, ruidos molestos, etc). Elige uno de ellos y establece tu intención de hacer una pausa y solamente notar tu reacción negativa, permitiendo que la intensidad pase en silencio, de modo que puedas luego elegir cómo te gustaría responder. 

Si leyendo esta Joya de Conexión, identificaste una situación o relación en la que habitualmente surge la negatividad automática en ti, también puedes usar esta semana para reflexionar sobre las necesidades que percibes como insatisfechas en esa relación o situación, y en cómo querrías abordarlas de manera diferente.